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El xyz del fútbol

En un partido de máxima rivalidad de la liga mexicana, Jaime Gómez Munguía, guardameta del Chivas Rayadas de Guadalajara, en un ataque de aburrimiento, decidió dejar de prestar atención al juego. Cuando el Atlas, el adversario en el encuentro, estaba lejos de la portería de Tubo -así apodaban al cancerbero-, él convertía el área en su casa, cogía una revista que reposaba en el palo y la leía con calma, alejado de la espectacularidad irascible de un partido de fútbol. La anécdota, relatada por Juan Tallón en Manual de Fútbol, define a la perfección la filosofía del libro del escritor gallego. A Jaime Gómez le falló el fútbol vertiginoso y pasional, el que obliga a gritar los goles, a analizar todas las jugadas, a estudiar los sistemas de los entrenadores. El deporte no siempre aguanta el ritmo de la vorágine. "La gloria no te sirve para todos los días. También hay otros días", dijo Jupp Heynckes. Para esos otros días está Manual de fútbol.

Cada capítulo del libro es una radiografía acertada de ítems vitales sin los que el fútbol no sería fútbol, pero desde un punto de vista opuesto. El balón, por ejemplo. De él se podría decir que es pateado por los futbolistas, que el reglamento estipula que tiene que pesar entre 410 y 450 gramos y que su circunferencia debe ser de entre 68 y 70 centímetros. Tallón, en cambio, empieza su capítulo dedicado al balón de esta manera: "Un balón ni siquiera tiene que ser un balón. Puede ser un paquete de Chesterfield, o una naranja de mesa, o el papel de aluminio en el que iba envuelto el bocadillo". Fútbol sin focos, destilado de épica. Manual de fútbol no es, como su nombre podría indicar, un desglose de la evolución táctica en los últimos 20 años o la historia de las finales de la Copa de Europa. A cambio, el autor permite bajarle los humos al gol y explicarlo desde una óptica mundana para que los lectores puedan mirar a la cara al señor del fútbol, al que decide el futuro de los entrenadores y la alegría de los aficionados. Y así con otros nombres propios del fútbol -la portería, el penalti, la tarjeta, el resultado...- que Tallón convierte en nombres comunes, exprimidos para sacar todo jugo literario posible.

La cotidianidad es el rasgo más característico de un libro que está escrito con voz propia. En el capítulo dedicado a la crónica, Tallón advierte que, para él, "el fútbol no es un deporte sino un relato". Aparte de ser articulista, del Atleti y gallego, Juan Tallón es ante todo escritor, y utiliza cualquier tema para hacer literatura. En este caso, su excusa es el fútbol. Lo hace en sus columnas en El País, en el blog Sin bajar del autobús, subido a un realismo mágico del que hace gala en toda su escritura, que se completa con los libros El váter de Onetti, Fin de poema, y en sus artículos, recogidos muchos de ellos en el libro Mientras haya bares. Tallón no habla de nada en concreto y habla de todo en general, pero lo hace siempre con un estilo reconocible en un océano de escritores.

En el cajón del fútbol, tanto él como muchos escritores se han subido al inestable carro del acercamiento entre fútbol y cultura. Ya no se miran de reojo, e incluso hay quienes les han visto dándose la mano, flirteando en quiosco al lado de la Revista Panenka y de Libros del KO, publicaciones que facilitan la aceptación social de que fútbol y lectura no son incompatibles. "Amar a Godín y Borges es perfectamente compatible", dice en una entrevista en Panenka Juan Tallón, que nutre al libro de constantes referencias culturales que obligarán a doblar las esquinas de las páginas, desde Baudelaire hasta William Faulkner, pasando por Philip Roth.

En una entrevista a Negratinta, Tallón explica que le gustan las contradicciones porque le ayudan a "generar cierto desconcierto", por lo que siempre acertará, pero a la vez nunca tendrá razón. En esa contradicción se mueve toda la obra de Juan Tallón. Manual de fútbol no aportada nada y a la vez lo aporta todo. Hay muchos libros que se presentan como el abc del fútbol, un manual imprescindible sin el que todo aficionado no puede vivir. Lo que no se había escrito hasta ahora es un xyz, un antiglosario que viera el deporte rey del revés, que, una vez leído, provocará en el lector un interés no tanto en el último movimiento táctico, sino en comprobar si el portero rival sigue en su portería o si por el contrario se le ha ocurrido ponerse a leer un libro.

Cualquier aficionado al fútbol podría vivir sin haber leído Manual de fútbol, pero una vez devorado, Juan Tallón picará a la puerta del lector y este se verá obligado a dejarle pasar. Con un balón, un cigarro o una camiseta del Atlético, no importa. Lo que es seguro es que llevará un lápiz.

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