Liverpool y Chelsea llegan tarde (1-1)
- Sergio Vázquez
- 12 may 2016
- 4 Min. de lectura
Los cuadrilleros de la Santa Hermandad eran una protoGuardia Civil, encargada de mantener el orden y la paz en los tiempos de los Reyes Católicos. Los susodichos han pasado a la historias por su impuntualidad y por su atuendo caracterizado por las mangas verdes. Entre el color de sus vestidos y su costumbre de llegar siempre tarde al lugar del crimen, se popularizó aquello de "a buenas horas mangas verdes". Algo así dirán los aficionados del Chelsea, cambiando el refrán por el azul, en este caso. El equipo de Hiddink, que pronto será de Conte, lució como nunca en la temporada. Se adelantó de hecho gracias al mejor Hazard de la temporada, para luego aguantar las alocadas embestidas reds hasta casi el final. Casi no llega al partido el Liverpool, anotando puntual pero tarde, cosechando un insuficiente empate, gracias en gran parte a Begovic que asistió vulgarmente a Benteke, su teórico rival.

Rezuma la Premier olor a mayo, a vacaciones y ensoñaciones del elenco de entrenadores que puede haber el año que viene. Huele a final de año escolar, cuando los niños se toman la licencia de ir en bermudas a clase para apurar sus últimos objetivos. Liverpool y Chelsea tenían que recuperar un examen pendiente aunque con objetivos bien distintos. Los blues emulaban a ese repetidor que se balancea al final de la clase sin otra finalidad que la de molestar. Que le pregunten al Tottenham. Klopp, que se incorporó tarde al curso, ha aprobado pero aún puede maquillar su nota ganando la Europa League y consiguiendo plaza Champions o, en su defecto, clasificar para la Europa League vía Liga, un negocio para el que se antojaban vitales los tres puntos.
Se notó la necesidad de los locales y el inicio fue fulgurante. En la visión maniquea de puristas de la posesión VS. enfermos del orden, se ignora el estilo de los chalados como el Liverpool, que te arrinconan a base de llegadas por todos los lados mientras los rivales parecen un chapucero de tres al cuarto que no puede contener las fugas. Entre los avisos reds, destacables todos o ninguno, el Chelsea se asomó con un disparo tímido del tímido Traoré, uno de los muchos legados jóvenes que está intentando meter con calzador Hiddink, utilizado ayer para reemplazar al eterno tocado Costa.
MVP HAZARD
Se asomaba y se escondía el Chelsea al balcón, mientras que los talentosos mediapuntas del Pool -desde el mediocentro hasta el delantero- se apoyaban en la balaustrada blue, tocando y tocando hablando de lo bonita que es la vida, aunque todo ello sin concretar jugadas de verdadero peligro. Se acostumbró a hablar con quietud y se calmó el libertinaje inicial hasta que apareció Hazard, que en el tramo final de temporada ha dejado de ser un holograma. Si contra el Tottenham se sacó un gran disparo de la chistera, esta vez se sacó un Leo Messi. Pareció ser él, o al menos el Hazard que el año pasado ganó el MVP. Casi habíamos olvidado que es capaz de recibir lejos de la meta contraria, sacar la aguja y el hilo y coserse la pelota a la bota para regatear hasta cuatro rivales, colarse hasta la cocina y definir con un disparo certero. El gol del lunes fue como una escopetazo; su último tanto fue un disparo con silenciador.
Ganó en solidez el Chelsea y al Liverpool le entraron las dudas. Como a Mignolet, que vive en una duda permanente y a punto estuvo de costarle otro gol a su equipo. Salió mal y tarde a un balón que tenía el nombre de Traoré. El bisoño delantero no aceptó el regalo y mandó su disparo a la grada, cerca pero lejos. Tras la reanudación seguía confuso el Liverpool, intentado disparos lejanos que no inquietaban a Begovic. Al Chelsea le valía con estar ordenado, encomendándose a un Hazard chisposo, travieso ,que encadenaba escapadas sempiternas, finalizadas en peligro o faltas peligrosas. No estaba muerto, está de pretemporada.
ESTAMPIDA 'RED'
En el tramo final se antojaba el arreón del Liverpool, unas estampidas que le han permitido estar en la final de la Europa League. El sopor de los de Klopp finalizó con una ocasión para Sturridge. Recibió un gran pase de Lallana en el área y ni tan siquiera atisbó dónde estaba Begovic antes de disparar, quizás por eso el sustituto de Courtois evitó el empate. No fue gol pero se descorchó el champán de las ocasiones para ambos. Y es que el Chelsea se apuntaba a todos los envites, sin la mochila de la presión y dispuesto a ser un juez respondón. A la ocasión de Lallana, con remate a bocajarro pero forzado que salvó Mikel bajo palos, respondió el Chelsea, o mejor dicho Hazard, habilitando a Kennedy que conectó un latigazo bien despejado esta vez por Mignolet.
El partido era ya una porfía, de esas en las que poco importan los aciertos en los pases, en la que el sudor prevalece ante la calidad, esos en los que hay cantidades de rebotes antes de ver un disparo a puerta. Puro Liverpool, pura Premier. Resultaba encocado el Liverpool, sobreexcitado, la cara negativa de ese fútbol para chalados. Se mostraba más sereno el Chelsea, defendiéndose como Mou panza arriba y con Hazard lanzando contras. Una fue a parar a Pedro, ataviado con la máscara del zorro, pero su disparo no llegó ni a caniche, en parte gracias a Mignolet, capaz de lo peor y de lo mejor como esta vez. La importancia del portero la acabó de corroborar Begovic, que le sirvió en bandeja el gol a Benteke, que casi ni había pisado el césped. Ojo, jovenzuelo como muchos en el campo, también de refresco, puso un balón que el meta blue hizo bueno. Benteke solo tuvo que estar en el sitio y empujar el balón a la red.
Por desgracia, no hubo tiempo para más en un gran partido, merced en parte a un Chelsea serio y competitivo, el mejor de la temporada en los últimos dos partidos, comandado por un excelso Hazard. Se mostró excitado el Liverpool, locura que al menos le sirvió para empatar, aunque ya con escasas opciones para ir a Europa vía Liga. La final de Europa League, a una semana vista, será mucho más que la lucha por un título ante un Sevilla que busca su tercer trofeo consecutivo y, de paso, la clasificación para la Champions. O quizás sea al revés.
Comments