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ATENCIÓN, SPOILER

  • Foto del escritor: Sergio Vázquez
    Sergio Vázquez
  • 4 dic 2015
  • 3 Min. de lectura

"La única diferencia entre un capricho y una pasión de toda una vida, es que el capricho dura un poco más".

El retrato de Dorian Gray, Oscar Wilde

Spoiler viene del verbo inglés spoil, que significa estropear. No hace falta haber estudiado inglés con Richard Vaughan para deducir que un spoiler es alguien que te arruina algo, ya sea el final de una serie, ya sea la vida, que más o menos viene a ser lo mismo. Es el verdadero enemigo real de seriéfilos y cinéfilos, que portan con ellos una cruz por si en cualquier momento tienen que usar el vade retro Satanás.

El spoiler no sería tan mágico si no produjera esa sensación de atracción. Todo lo prohibido atrae. Les pasó a Adán y Eva con la manzana, lógico que nos pase a nosotros con Jon Snow. Un vistazo a la última página de un libro. Una ojeada al título de un artículo que entre paréntesis versa bien claro: SPOILER. Todo es por culpa de la palabra. Sin ella, quizás ni habría interés en leer el artículo. Pero las siete letras nos imantan, como le pasaba a Danny con redrum. Estamos condenados a leer aunque solo el título y con un ojo cerrado. Si existiera un artilugio como el de Men in black, que nos convirtiera en olvidadizos al instante, desayunaríamos spoilers por doquier aunque solo sea por la sensación de que ya nada tiene sentido, tan melancólica tan y placentera a la vez.

Igual que los villanos que cambian de acera, el spoiler no es tan malo cuando está de nuestro lado. Cuando nos pertenece. El sentimiento de altivez que nos provoca salir a la calle habiendo acabado una serie con final pielgallinesco no tiene comparación. Al menos en la edad adulta. Sería algo parecido a cuando en el colegio el compañero de turno había conseguido el último dispositivo electrónico y congregaba a amigos y enemigos a su alrededor en cada recreo como si estuvieran a una fogata una noche de campamento.

En edad adulta, el spoiler puede llegar a romper a una amistad. Conocer el final de una serie es como tener el cuchillo en la mano, y tu pobre amigo no es más que una indefensa y desnuda Janeth Leigh en la ducha, que solo puede gritar para intentar no escuchar tu perlita.

La verdadera madurez, cultural al menos, se alcanza cuando se asimila que el spoiler es el rival pero, no es el enemigo. Igual que en toda serie o película tiene que haber un personaje antagonista, pero no por ello tiene que causarnos repulsión. ¿Qué villano, o incluso héroe, es más adorable que el replicante de Blade Runner? Quitándonos las caretas, seguro que más de uno hemos cenado un rico final de algo y no ha pasado nada. A nuestra madre le decíamos que las espinacas estaban asquerosas, pero en verdad pensábamos que no eran tan malas.

Lo mejor que puede pasar es zamparte un spoiler como la Catedral de Burgos y aún así seguir viendo la serie. ¿Desde cuándo lo importante es el resultado? Mi peluquero lo sabe, pero eso me preguntó si Jax Teller moría en la última temporada de Sons of Anarchy. Su sonrisilla traviesa le delataba , y en el fondo él ya lo sabía. Pero quiere saber cómo pasa, no qué pasa. No es el fin, son los medios.

Yorumlar


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