La pesca del salmón en el Manzanares
- Sergio Vázquez
- 30 sept 2015
- 3 Min. de lectura
“A los pescadores les da igual que sea rico o pobre, moreno o blanco, si llevo chilaba o botas de pescar. Solo les importan los peces, el río y el deporte que practicamos. Para los pescadores las únicas virtudes son la paciencia y la tolerancia”. La pesca del salmón en Yemen, Lasse Hallström

Durante los últimos años, ha pasado por el Atlético de Madrid toda una estirpe de delanteros de primer orden mundial. Torres, con viaje de ida y vuelta; el Kun, acompañado más adelante por otro gran ariete como Forlán... Con la llegada de Simeone, se acentuó la contratación de grandes goleadores. El perfil se correspondía con un delantero referencia que formalizara el trabajo espartano de todo el equipo. El primero de ellos fue Falcao, con sus 70 goles como colchonero. Diego Costa fue el mejor relevo del colombiano, igualando incluso su mejor marca en una temporada con 36 dianas. Mandzukic, la última campaña, no produjo el efecto esperado, pero llegó a la cifra de 20 tantos.
En la 15/16, Jackson Martínez es el cuarto relevo en la delantera de Simeone que debe coger el testigo. El ChaChaChá Martínez no está cuajando en los primeros compases del curso. Tan solo ha marcado un gol en los siete partidos que ha disputado, de los cuales en ninguno ha estado en el campo de forma completa. Incluso en dos de ellos ha sido sustituido al descanso en un claro achaque del Cholo.
La pobre estadística anotadora del colombiano es lo que menos tiene que preocupar a la hinchada del Manzanares. Ante cualquier atisbo de duda solo hay que consultar el currículum que traía del Oporto: 82 goles en tres temporada. En lo tienen que trabajar tanto él como el cuerpo técnico es en que sea capital en el juego.
Falcao y Diego Costa desahogaban al equipo cuando más encerrado estaba. Ambos recibían un melón podrido y lo convertían en una cosecha del mes de agosto, lista para enviar al mercado. Más allá de cazar goles, que lo hacían con suma facilidad, el verdadero valor de este perfil de delanteros era pescar el esférico y a partir de ahí ordenar al Atlético de Madrid, una función que ya le costó a Mandzukic. El delantero croata divagaba sobre el campo, y se limitaba a porfiarse en cada encuentro y cazar algún gol en el área. Porque él es un cazador; Diego Costa y Falcao son pescadores. Ellos compraban la caña, preparaban el anzuelo y hasta horneaban la lubina.
Jackson Martínez no está mejorando las sensaciones de Mandzukic que apenas tuvo competencia hasta enero. Ahora hay otros delanteros pidiendo fuerza, desde Vietto, que también tiene prisa por asentarse, hasta Torres, que se niega a quedar relegado, pasando por un Correa que viene pisando fuerte. Las múltiples opciones del Cholo hacen que tenga menos paciencia con Jackson.
Lo que quizás no sabe Simeone es que la paciencia es uno de los valores prioritarios de un buen pescador. En la película La pesca del salmón en Yemen, el doctor Jones -Ewan McGregor- tiene el reto de introducir a este pez de agua dulce en dicho país, algo que parece improbable por las condiciones del territorio. Cuando Jones y el jeque encargado del proyecto se introducen en un río, este último le dice: “A los pescadores les da igual que sea rico o pobre, moreno o blanco, si llevo chilaba o botas de pescar. Solo les importan los peces, el río y el deporte que practicamos. Para los pescadores las únicas virtudes son la paciencia y la tolerancia”.
Paciencia es lo que necesita todo el entorno de Jackson, empezando por él mismo y terminando por la afición. El Atlético de Madrid, más allá de un cazador, necesita un pescador como ya fueron Falcao y Diego Costa.
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