Un mojón bien grande

"Quédate siempre detrás del hombre que dispara y delante del hombre que está cagando. Así estás a salvo de las balas y de la mierda", Ernest Hemingway

Ambos equipos llegaban al partido con buena racha de resultados. El Barça era líder y el Celta de Vigo una de las sensaciones del arranque liguero. Qué mejor manera de confirmarlo que ante el tricampeón, a quien ya tuvo en jaque la temporada pasada.

El principio de los de Berizzo sorprendió por el rival que estaba delante, pero no desentonó con lo que se venía viendo de los gallegos. El Barça estaba arrinconado en su propia mitad de campo y en los primeros cinco minutos apenas sabía tan siquiera si el balón era redondo. Mathieu volvía a Balaídos, donde el año pasado se erigió como héroe firmando el 0-1 definitivo. Pero ayer jugó de lateral, y ahí es un jugador mediocre y vulnerable. El mismo síntoma padece Sergi Roberto, que en el centro del campo pierde todo el desparpajo que tiene en el lateral, como si la tradición de peloteros en Can Barça supusiera una carga para él.

El temporal celtinha amainó y Messi se asomó dos veces al área con disparos que suelen entrar, pero la portería no parecía estar en la misma posición que siempre para el argentino. La MSN tuvo la pólvora mojada, todo lo contrario que su espejo en el Celta de Vigo. Nolito, que había bautizado al tridente de los suyos como un 'mojón', dio el primer brochazo a la obra de arte que crearon los de Berizzo. Poco después, Aspas amargó el debut liguero de Piqué. El hijo pródigo de Vigo recuperó un balón en el centro del campo y se subió en la moto. Delante de Ter Stegen, le resonaron las palabras de Gene Hackman, el sheriff de Big Whiskey, en Sin perdón. "Tener puntería y ser rápido como un arma tiene sus ventajas, pero no sirve de nada comparado con el que es frío. Un hombre que no pierde la cabeza y que se mantiene frío en un tiroteo, posiblemente te matará", pensó Aspas, y la picó con delicadeza por encima de Ter Stegen.

Los celestes ya ganaban por 2-0 a la media hora, como ya lo hicieron contra el Sevilla. Pero en ese partido acabaron sufriendo, y la escasa duración de gasolina era el punto débil del Celta. Radoja, que apenas había jugado en toda la temporada, mejoró al silencioso Hernández, pero daba síntomas de cansancio.

El Barça achuchó ligeramente antes del descanso, pero ambos equipos enfilaron el túnel de vestuarios tal y como lo habían hecho en todos sus encuentros: el Celta ganando y el Barça sin anotar.

La lógica hacía pensar que el Celta desfallecería. La teoría se confirmaba con el palo de Messi y otra buena ocasión de Neymar. Con más de media hora por delante, al Barça le entraron las prisas que no tuvo en la primera mitad. Tras las dos ocasiones, pronunció aquello de: "Mira mamá, sin manos; mira mamá, sin piernas". La tercera ocasión culé provocó la contra del Celta, cabalgada por Aspas, y dejó al Barça sin dientes. Mellados, los azulgranas aún intentaron atacar, pero sin mordiente arriba es muy difícil ganar. El Barça jugó un irrisorio encuentro, pero Sergio fue de los mejores, con el permiso de Aspas y Nolito.

Los minutos eran tediosos y Balaídos estaba ya más por ovaciones para los que entraban y salían, incluso para Pablo Hernández. Pero Messi, aburrido en clase toda la noche, sacó la escuadra y el cartabón para poner un buen balón a Neymar. El brasileño decidió bien como pocas veces en el partido.

Pudo sufrir el Celta si Munir anota el 3-2, pero el delantero del Barça ha perdido en un año toda la confianza que ganó en diez días. Piqué redondeó su partido aciago permitiendo a John Guidetti estrenarse como goleador.

Primer tropiezo del Barça en liga. Llega en la jornada 5, igual que la temporada pasada, aunque aquel 0-0 contra el Málaga fue un partido totalmente distinto. Alguien contó un día que esa era la única manera de plantarle cara el Barça. Pero ayer el Celta ganó con total justicia y brillantez gracias al tridente mojón que aportó tres estilos de juego: la magia de Nolito, el sacrificio de Orellana y el contraataque de Aspas.